Todos sabemos que la salud cardíaca es importante, pero ¿y si los mismos hábitos que mantienen un corazón fuerte también pudieran proteger el cerebro? Un nuevo estudio revela una relación entre la salud cardiovascular y niveles más bajos de neurofilamentos ligeros (NfL), un biomarcador clave del daño neuronal para la investigación de la enfermedad de Huntington (EH). ¿Qué significa esto para las personas con EH? Analicemos qué pueden aprender las familias con EH de este nuevo estudio, que demuestra que lo que es bueno para el corazón también lo es para el cerebro.

Biomarcadores de la salud cardíaca y cerebral

Este estudio se centró en los 7 pasos sencillos de la Asociación Americana del Corazón, un conjunto de factores de estilo de vida y salud que promueven la salud cardíaca. Los investigadores buscaban determinar si las personas que siguen estas pautas también muestran signos biológicos de una mejor salud cerebral.

Los 7 factores de la vida simple incluyen:

Los investigadores analizaron datos del Proyecto de Salud y Envejecimiento de Chicago (CHAP), un estudio a largo plazo que monitorea la salud de adultos mayores blancos y negros entre 1993 y 2012. ¡Un estudio de 19 años proporciona un conjunto de datos excepcional! En concreto, se centraron en más de 1000 participantes de 65 años o más para determinar si quienes obtuvieron una puntuación más alta en salud cardiovascular también mostraban biomarcadores cerebrales más saludables.

Para evaluar la salud del cerebro, los investigadores analizaron dos biomarcadores sanguíneos importantes: la luz del neurofilamento o NfL y la tau total o t-tau.

La NFL como biomarcador cerebral clave

La NFL es una proteína que se libera cuando las células nerviosas están dañadas. Por lo tanto, niveles más altos sugieren mayor daño neuronal. En enfermedades neurodegenerativas como la EH, a medida que los síntomas progresan y se pierden neuronas debido a la enfermedad, los niveles de NfL aumentan. Por ello, el NfL se utiliza como biomarcador en muchas enfermedades cerebrales y está cobrando mucha importancia en la investigación de la EH, ya que más estudios sugieren que está estrechamente relacionado con la progresión y la gravedad de la enfermedad.

Quizás lo más importante es que algunas de las investigaciones más recientes en torno a la NFL sugiere que los cambios en el nivel de esta proteína pueden detectarse incluso antes de que comiencen los síntomas, Lo que la convierte en una herramienta increíblemente sensible y valiosa para rastrear no solo la progresión de la enfermedad, sino también la eficacia de los medicamentos. Este último aspecto es crucial a medida que el campo avanza hacia la prueba temprana de medicamentos, en grupos de personas. antes Incluso empiezan a mostrar signos y síntomas de EH.

Entonces, ¿qué sucedió en este nuevo estudio al analizar los niveles de NfL en personas con mayor y menor salud cardiovascular a medida que envejecían? Los hallazgos del estudio fueron bastante sorprendentes.

Conectando la salud del corazón y el cerebro

Los participantes con puntuaciones más altas de salud cardiovascular presentaron niveles más bajos de NfL, lo que sugiere que sufrieron menos daño neuronal. Y no hablamos solo de un poco, ¡las cifras fueron increíblemente impresionantes!

Por cada punto de aumento en la puntuación de salud cardiovascular, los participantes presentaban niveles de NfL 3,5% más bajos. Quienes obtuvieron las puntuaciones más altas de salud cardíaca presentaron niveles de NfL casi 19% más bajos que quienes obtuvieron las puntuaciones más bajas. En otras palabras, una mejor salud cardíaca parecía estar relacionada con neuronas más sanas.

Estos resultados sugieren que cuidar activamente la salud cardíaca, ya sea mediante cambios en la dieta, haciendo más ejercicio o controlando eficazmente factores de riesgo como la presión arterial, podría tener un impacto tangible en la reducción de un marcador clave de daño a las neuronas. Por lo tanto, cuidar el corazón podría tener un efecto secundario beneficioso para el cerebro.

El impacto a largo plazo

Los investigadores no se limitaron a observar una sola instantánea. Realizaron un seguimiento de más de 800 participantes del estudio durante una década para observar cómo cambiaban los niveles de NfL con el tiempo. Descubrieron que los niveles de NfL aumentaban de forma natural con la edad en todos los participantes. Sin embargo, aquellos con mejor salud cardiovascular presentaron un aumento más lento.

El efecto de una mejor salud cardiovascular fue contundente: los participantes con puntuaciones bajas de salud cardiovascular experimentaron un aumento anual de 7,11 TP32T en NfL, mientras que aquellos con puntuaciones altas tuvieron un aumento menor de 5,21 TP32T al año. En un período de 10 años, ¡la cifra es realmente significativa!

La moraleja de esto es que mantener una buena salud cardiovascular mediante hábitos saludables para el corazón a largo plazo podría en realidad ayudar a retrasar el envejecimiento cerebral con el tiempo.

¿Qué pasa con T-Tau?

Este estudio también analizó otro biomarcador en la sangre de las personas: la tau total, o t-tau. La t-tau es una proteína cuyos niveles aumentan en enfermedades neurodegenerativas, en particular el alzhéimer.

Curiosamente, el estudio no encontró una relación significativa entre la salud cardiovascular y los niveles de t-tau. Esto sugiere que, si bien la salud cardíaca puede contribuir a la reducción del daño neuronal (medido por el NfL), podría no tener un impacto directo en los procesos que conducen a la neurodegeneración relacionada con la tau.

¿Por qué son diferentes la NfL y la T-Tau?

Si bien este estudio no puede decir con certeza por qué la salud del corazón juega un papel en los niveles de NfL a medida que las personas envejecen, pero no en los niveles de t-tau, sí ofreció algunas posibles explicaciones.

Una teoría es que la NfL podría verse influenciada más directamente por factores vasculares, como el flujo sanguíneo y la salud de los vasos sanguíneos cerebrales. Dado que la salud de los vasos sanguíneos, incluidos los que recorren nuestro cerebro, se ve directamente afectada por la salud cardiovascular, esto podría explicar las diferencias en los niveles de NfL. Unos vasos sanguíneos cerebrales menos sanos podrían crear un entorno menos propicio para nuestras neuronas, provocándoles daño.

Sin embargo, se cree que la t-tau está más estrechamente relacionada con la agregación de las proteínas tau y la formación de ovillos neurofibrilares, características del Alzheimer y otras enfermedades relacionadas con la tau, pero no con la salud cerebral general, como la NfL. Por lo tanto, es posible que las vías biológicas afectadas por la salud cardiovascular no tengan un efecto significativo en la acumulación de la proteína tau.

Sin embargo, parece claro que la relación entre la salud del corazón y la salud del cerebro es compleja y probablemente intervienen diferentes procesos biológicos.

El efecto en diferentes grupos

Los investigadores también exploraron si estas conexiones variaban entre diferentes poblaciones. Descubrieron que el vínculo entre una mejor salud cardiovascular y niveles más bajos de NfL se observó tanto en hombres como en mujeres, y tanto en participantes blancos como negros. Por lo tanto, el sexo y el origen étnico no parecieron influir en la asociación entre la salud cardíaca y cerebral.

Otro grupo que analizaron específicamente fue el de las personas portadoras del gen APOE4, un factor de riesgo genético bien conocido para la enfermedad de Alzheimer. En este grupo, encontraron una asociación aún más fuerte entre una mejor salud cardiovascular y niveles más bajos de NfL. Este podría ser un hallazgo importante para quienes saben que tienen esta predisposición genética.

Una posible interpretación es que las personas con mayor riesgo de Alzheimer podrían beneficiarse aún más del cuidado de su corazón. Si bien es tentador especular que esto también podría aplicarse a la EH debido a algunos mecanismos similares que comparten ambas enfermedades, el efecto en la EH no se examinó específicamente en este estudio.

Al analizar a personas que ya padecían algún tipo de enfermedad cardiovascular al inicio del estudio, la conexión fue menos clara. Creen que esto significa que el mayor beneficio para la salud cerebral, medido por el NfL, podría obtenerse antes de que surjan los problemas cardíacos, lo que significa que los mayores beneficios podrían provenir de la prevención y de hábitos cardíacos saludables a largo plazo, más que del tratamiento.

El panorama general: Corazón feliz, cabeza feliz

El estudio destaca que mantener una buena salud cardiovascular podría ayudar a proteger contra el envejecimiento cerebral y la neurodegeneración. Esto se suma a la creciente evidencia de que Los hábitos saludables para el corazón pueden ser una herramienta poderosa para reducir el riesgo de demencia.

Los hallazgos de este nuevo estudio podrían ser relevantes para las familias con EH, ya que sabemos que los niveles de NfL aumentan a medida que la enfermedad progresa. En cuanto a los cambios en el NfL debido al deterioro de las células cerebrales, muchos investigadores creen que si logramos controlar los niveles de NfL, esto podría indicar que estamos estabilizando la progresión de la EH. Muchos grupos están trabajando en un enfoque farmacéutico para controlar los niveles de NfL. Esta nueva investigación se suma a esta idea, sugiriendo que los hábitos cardiosaludables podrían ayudar a mantener la salud cerebral general.

Si bien la relación entre la salud del corazón y del cerebro es compleja, esta investigación respalda una idea convincente: cuidar el corazón podría ser una de las mejores maneras de cuidar el cerebro. Así que la próxima vez que vayas al gimnasio o elijas una ensalada en lugar de papas fritas, recuerda: ¡probablemente tu cerebro también se beneficie!

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